RAÍZ GAVIOTA, REINA COBRA












Como rombos de cristales turquesas 

derritiéndose y licuándose

llegas a mí,

justo cuando te vas


Me impregnas de ahora

en resolución serena,

te observo

te siento

todo contemplo 


Turquesas saliendo de tu espalda 

te circundan desde el cuello hacia tu corona

y más lejos

Te visten de cobra tornasol,

poderosa, brillante, luminosa


Estás en un trono 

Un trono de piedras grandiosas

Piedras ancestras 

Sabias

Abuelas indestructibles


Un trono para reinas de la tierra

esas que son reinas por designio vital,

que no necesitan vestiduras especiales

y que solo son reconocidas por los nobles de espíritu

Esas reinas que no viajan en carruajes si eso compromete sus principios

que prefieren seguir a pie,

caminando descalzas junto al resto de caminantes que honran la vida

la autonomía

la libertad

la dignidad    


No solo turquesas te visten,

también malaquitas, piritas y amatistas 

Nácar y coral rojo de tus océanos amados

Obsidianas guardianas de la memoria, 

siempre necesaria para mirar amplio.

Cuarzos cristales para potenciar la risa, 

el gozo y no el llanto


Reina atrevida y andariega

Amante 

Rozando el cielo y pisando la tierra

Me traes de vuelta

Recibo tu huella

Me integro en tu danza matriz


Me llevas en espiral a una raíz profunda

En el laberinto me veo tan longeva como tú

Me reconozco árbol añosa y grande

Transito en zig-zag por cuncunas cósmicas 

Voy de semilla emergente, 

a árbol sin tiempo de tanto existir


Me llevas en espiral

y yo voy como en tobogán 

curvo y veloz,

descendiendo a lo más hondo.

Alcanzo a ver las grutas desde donde salen las piedras y cristales que te adornan,

Ellas saben de tu fuego,

surgieron de él


En esta hondura no hay pena


Viajo rauda a mi gran raíz gaviota

entonces puedo volar todos los viajes pospuestos

porque me habilitas sumándome tus alas


Y como por encanto,

sin notarlo me habito cobra

Porto tu misma corona

Me reconozco mágica, 

Poderosa

Recuerdo quien soy


No hay más opción que la pura y sagrada presencia


Me huelo terráquea

Me muevo deseante

Repto hacia la superficie,

mientras voy saliendo de mi piel brillante 

Tomo la vara de cuarzo que me estaba destinada desde las montañas andinas,

que me conocieron india descastada,

reina de cañas, piedras, ríos y águilas


Tu partida me avisa que es momento de volver a mi reinado salvaje

de mujer de la tierra

Feroz, suave, implacable

Guardiana 

Madre 

Y siempre amante 

Voluptuosa de vida en mis venas de aguas rojas

llenas de arte mineral


Tu aliento de reina cobra penetra mi columna y me despierta por fin a la presencia total






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