DESARRAIGO
Un derrumbe,
un estruendo como relámpago,
tan breve que no alcanza para iluminar.
Los destellos de tu niñez son como paréntesis
entre la caída de las rocas...
Mi oído ya adolorido de oír voces del pasado, me pide tregua
Y yo solo quiero salvarlo para que no quede sordo a tanta hermosura de silencio.
Pesada y húmeda,
oscura,
silente,
en ilusión de desarraigo,
procurando encender la memoria de mi ser montaña...
más mi memoria aún se tiñe de dolor de guerra,
dolor de madre no tocada,
de hija despojada de su piel, que hoy es tierra
Otra vez un arrebato,
y el desarraigo de mi gran madre.
¿He sido yo quien no ha cuidado mi unión con ella acaso?
¿Debiera haber tranzado mi estrella para poder seguir en su abrazo inmenso?
¿Me he quedado sin madre grande?
Cómo es que no logro sentirte en el cemento ni aun descalza!?
Entonces mis lágrimas son ríos,
y mis brazos se alargan
para contener su crecida.
Se hacen eternos para conducir tal torrente al mar,
a ver si junto a todas las aguas del mundo, descansan en fluidez de vida
Amadas
voluptuosas
eternas
plácidas
serenas
generosas
Cuánta quietud es posible!
Venerables
sagradas
Cuánto honor para mis pies mundanos en tamaña majestuosidad
Gran madre,
fecunda
dócil
justa
incólume
No alcancé a impregnarme,
no alcancé a fundirme en tu inmensidad.
Cómo lleno ahora el vacío que languidece mis ojos,
hasta disolverse en nostalgias
de un tiempo que no desaparece
