PRINCESA Y FLOR
¿Eres acaso un jefe bárbaro
O yo sigo pretendiéndome princesa imperial ?¿Es que tuve que volver a tomar mi Corona
porque el cielo no acepta renuncias
cuando se trata de cosechar la miel que es para todos?
¿Es que mi alma perseverante sigue en la entrega perpetua
hasta lograr definitivamente vaciar la cesta de deseos?
¡Cómo osaría yo castigar al amor!,
negarle mi presencia.
Cómo podría negarme a ofrendarme entera,
Cómo podría negarme a ofrendarme entera,
sabiendo que todo esto es más grande que mi propia vida
Mi pequeña vida fractal,
pequeña y trascendente
Como toda manifestación de la existencia.
Como la hormiga,
que no sabe más que trabajar
para nutrir a su comunidad de hermanas.
Como la abeja,
que no sabe más que ir cada día a las flores
en busca de los néctares sagrados
para transformar los venenos en miel.
Como la flor,
que se abre confiada cada día
sabiendo que la abeja, una con la vida, de tanto rondarla,
podrá reconocer el momento indicado
para posarse con cuidado
y acceder a su néctar.
Sabiendo que respetará su tiempo,
que seguirá su ritmo de flor,
que conocerá su naturaleza de flor,
cada pétalo, pistilo y estambres,
Y que naturalmente, tan natural como es su vuelo,
Sabiendo que respetará su tiempo,
que seguirá su ritmo de flor,
que conocerá su naturaleza de flor,
cada pétalo, pistilo y estambres,
Y que naturalmente, tan natural como es su vuelo,
verá la delicadeza que amerita lo sagrado.
Esta es otra danza,
Esta es otra danza,
la de la flor y la abeja.
Una danza sagrada
que podríamos imitar.
Adentrarnos en la dulzura
Saber del veneno que no necesitamos usar
si no es para defender la vida...
Explorar las formas,
los tiempos,
los aromas,
las texturas,
el intercambio sin deuda,
la entrega total.
La unión en la impermanencia de la vida que se renueva
Una, otra y otra vez
Esta vez,
Princesa y flor
Canal de amor
Princesa imperial sin dirección.
Se tú la abeja,
enraizada estoy
más recuerda que si de mí deseas tomar el sagrado néctar
tu delicadeza es tu mayor ofrenda