LA TRAMPA
No era un bardo,
era un túnel engañoso,
repeticiones de alma no soberana aún,
repeticiones de humana tozuda
aprendiz
perseverante
impregnada de propósito
Vengan entonces todos los túneles,
si eso es preciso para reinar de nuevo en mi templo.
Puedo descender a los infiernos,
puedo descender a la noche oscura del alma,
la conozco,
la transito respetuosa,
íntegra
A nada temo
A todo me entrego
¿Habrá mas amor que venir por libre voluntad
aquí, a la gran madre,
en entrega total
a todo ejercicio destinado a trascender la carne?
Porque, ¿Qué es realmente el sacrificio?
¿Cómo limpiamos si no es pasando y pasando por los rincones y pasillos polvorientos,
agusanados...
por todas las noches oscuras del alma que preceden a la luz?
¿Y qué tal si realmente no hay sacrificio?
¿Qué tal si esa "entrega mística" de nuestros antepasados
se tradujera, acá en lo cotidiano,
como la simple entrega al flujo del Tao,
a los hechos más mundanos?
No hay sacrificio en el amor, no
Lo místico y lo mundano son fibras de un mismo tejido.
No hay pena,
No hay merma.
La donación del sí mismo a la causa trascendente
se fragua en lo mundano,
La donación de sí al servicio común
tan silenciosa
tan solitaria
ocurre en lo mundano
Ni templos,
ni dioses,
ni monasterios retirados.
Acá es mi entrega
En caminos ondulantes llenos de sol
llenos de vida
Pero sola no resisto,
no aún,
no en cada entrega,
no en todas...
En algunas me devoran buitres hambrientos de la carroña de mis fantasmas,
me aniquilan los fantasmas que aún te habitan,
quedo mal herida, aun sabiendo que es una ofrenda
Pues mi carne acá es tan cierta como la luz que veo en tus ojos, y en los de él.
Habitamos el túnel más sombrío esta vez
O yo...
Porque, ¿Cómo aceptar que tan prístina luz habita un cuerpo tan
irrefutablemente animal?
¿Hasta cuando mi alma necesitando aliarse a otras?
¿Hasta cuándo encontrando almas brillantes atrapadas en cuerpos inertes de pasado?
¿Hasta cuándo encontrando almas brillantes solo en los ojos?
¿Será mi ilusión de puente anhelado para volver al Uno acá en la tierra acaso?
¿O es que veo los restos de mi propio encierro esperando ser liberado?
Ya no puedo más con solo ojos,
quiero la luz propagada en mi cuerpo entero,
y en el tuyo
Otra vez estas trampas,
como ratona en laberinto.
Mi laberinto apoteósico de Teseo y Ariadna
quedó reducido a uno vil,
de laboratorio mundano,
con olor a humanidad rancia, añeja, mezquina
¿Hasta cuándo las flechas mal dirigidas?
¿Será que no las pinté bien en mi premonición de guerrera decidida?
¿Qué frena el despliegue de tus alas, flor de viento?
¿Es que tu raíz es tan incipiente aún,
que no puedes abrir con propiedad tus pétalos,
para compartir tan venerable aroma?
Cuántas aguas recorriéndome
Vaciándome...
Ardiendo el fuego en mi centro,
Quemando una vez más para seguir rumbo,
sin dirección,
sin morada más que este cuerpo
La guía la llevo dentro.