PRELUDIO
Viajera me nombré,
para moverme libre en los laberintos de mis búsquedas...
Como un carnero arremetí,
tantas veces, que tuve que admitir la derrota de mis obcecados anhelos idílicos
de comunidades de hombre libres.
Siempre en tránsito
Siempre en viaje interior
Buceando
Visitando tierras tan lejanas como la lejanía que me distancia de mi alma cuando me pierdo buscando
la verdad,
la que me hace libre
Buscándome en desespero
para no ahogarme en sollozos residuales de mujer sin lugar
Todo cae, todo cae y cae
El castillo fabricado de inocencia,
caen a pedazos ladrillos de sal y arena
pesados y falsos,
engañosos,
añejos y engañosos
se deshacen de mojados de lágrimas...
se deshacen con el viento decidido...
y yo dejo que caigan,
yo hice que caigan...
las montañas arenosas de historias ya secas,
como las hojas del árbol que vi morir
Paraíso hecho de tierra y verde,
de aromas que me recuerdan que se acerca el tiempo de florecer
de picaflores pequeños y grillos gigantes
de sol permanente
de montañas y estrellas eternas