Rendición
Tantas profundidades atiborradas de silencios
El cosmos viene en nuestro auxilio
Hijos amados en el infinito
Ofrendados desde la carne y su crudeza
No hay intelecto capaz de liberarnos
Hoy la razón enmudece
Fuegos y aguas nos toman sin tregua, sí con aviso
Ya la conciencia no escapa
La Budeidad reclama su trono, su asiento en la tierra
Y qué más queda
Solo la entrega, ferviente, confiada
Solo el respiro profundo
El latir honesto de corazones que quieren vida, buena vida
No hay control ni resistencia alguna capaz de detener la vida y su fuerza
Somos cosmos encarnado
Somos viento universal danzando en el akash,
pleno de potencia
Qué más da...
Que explote el dolor de toda vieja herida de esta humanidad ofrendada
Que los ríos de sangre corran y fluyan,
Que nutran y reforesten las tierras de árboles talados
Que sea la memoria de nuestra historia,
la fuerza para la transformación,
que nos llama ya con desespero
Que nuestras manos sean las primeras en acariciarnos
Para dejarnos caer en ellas,
Llenas del amor infinito con el que damos forma al mundo
En ellas habita la tierra
Y la compasión para nuestras muertes.
