Lo abismal y mi reino
Que soledad tan abismal
tan abismal como el cielo oscuro infinito de noche sin tierra
todo inmenso, sin fin
una caída libre
no hay nadie
no hay nadie más que yo ahí
no quiero morir en la inmensidad
no quiero olvidar de donde vine
puedo estar aquí...
puedo estar aquí...
puedo estar en este cuerpo sin temer que voy a morir
puedo sentir el dolor de mi cuerpo, de mis carnes
puedo permanecer en el desgarro
pero no...
entonces vuelvo a respirar
a tomar el aire
a dejarlo entrar,
me vuelvo porosa otra vez
me abro
el aire me trae de vuelta
soy aire
estoy en otro lugar
estoy flotando
suspendida y flotante
silente
solo aquí hay aire
agua, fuego y tierra
sólo aquí?
floto entre soles
navego galaxias
cómo es que vinimos a dar aquí
cómo es que existimos así de este modo
qué confusión descomunal
la soledad abismal del ser arrojado a la existencia terrena,
pretendiendo igualarse a la soledad de los habituales puente rotos
entre humanos desvitalizados, carcomidos, congelados,
anquilosados en cuerpos somnolientos, dormidos, anestesiados
De tanto puente roto tuve que reunirme con el misterio
tuve que volver sin volver
alimentarme de estrellas y elementales
hacerme un reino entero
de flores y abejas,
de lagartijas
de piedras hablantes
y montañas con piernas
Pero mi reino es muy grande
muy bello para no ser visto, ni usado, ni disfrutado
le brotan poderes como frutos esperando a los invitados que no acaban de llegar